martes, 17 de septiembre de 2013

Cómo sobrevivir al divorcio de los padres cuando se es un hijo adulto




Es un tema por demás comentado y reconocido: Cómo afecta en los hijos el divorcio de los padres. Pero no muchas personas se han puesto a pensar en que los hijos tenemos muchas edades y, si bien es más común el divorcio entre padres que tienen hijos pequeños, en los últimos años se han venido dando con más frecuencia los divorcios de padres con hijos adultos (1). Y no por ser adultos sufrimos menos. El problema es que es más difícil encontrar las respuestas. Es de hecho más difícil hacer las preguntas. Siendo adultos, hombres y mujeres ya formados, pareciera que no tenemos derecho a sentirnos como niños llorosos en un rincón y nos quedamos con las ganas de decirles a los padres “¿es por mí que se separan?”, “por favor, quédense juntos”, “no se divorcien de mí también”. No pasan por nuestra cabeza cosas distintas a las que atormentan a los niños, al contrario, pasan las mismas cosas pero más complicadas porque, además, nuestro criterio ya está formado y resulta que ese criterio estaba cimentado en una base familiar que ahora se está quebrando. También necesitamos consejos, necesitamos llorar y ser escuchados cuando repetimos una y otra vez las mismas preguntas, y merecemos no ser juzgados cuando buscamos culpables o justificaciones ni cuando no sabemos qué pensar o cómo responder o reaccionar. Necesitamos no ser obligados a actuar como adultos sensatos porque hay momentos en que no podemos serlo. Y, al igual que los niños, necesitamos ser reconfortados y saber que no somos culpables ni responsables, que podemos o no tomar partido, que es nuestra decisión estar cerca o lejos, y que sobre todas las cosas ellos no nos abandonarán. Necesitamos y merecemos todo eso aunque algunas veces seamos sólo nosotros mismos los que podamos proveernos de esas condiciones. La sociedad siempre dicta roles y uno de los roles del ser adulto es no volver a ser niño, mucho menos en cuanto al abandono, la inseguridad, la incertidumbre. Por lo tanto, es nuestra responsabilidad darnos nuestro espacio y buscar nuestro momento para llorar, patalear, cuestionar, gritar, sufrir y, si es necesario, pedir ayuda.
En este blog no pretendo dar soluciones a los padres respecto a los hijos, acaso espero que pueda servir para los hijos que, como yo, vivimos el proceso de separación de los padres. Es, cuando mucho, un monólogo de mi sentir y vivir, que pretende servir de algo a mí misma y ojalá que a alguien más. Yo no tengo la respuesta a la pregunta de cómo sobrevivir al divorcio de los padres cuando se es un hijo adulto, pero quiero compartir mis experiencias, lo bueno, lo no tan bueno, lo malo y lo excelente que he venido viviendo desde que me enteré que se separaban, pasando por los inicios de mi terapia con una especialista un año después de la noticia, las fases del proceso legal que apenas finalizó, hasta que el día de mañana pueda decir que al fin lo he superado, he aprendido y estoy en paz con ellos, mis padres. Trataré lo más que pueda de ser neutral en cuanto a sus acciones sin dejar de contar lo que he sentido, como coraje o preferencia por uno o el otro. Procuraré ser lo más honesta posible pues he realizado muchas acciones que me apenan, otras que me regresan al llanto y muchas más que me enojan, pero ahora comprendo que todo eso ha sido necesario para superar a mi paso este cambio de vida. Y esa es la principal razón que me trae a escribir este blog: Pretendo, con el ejercicio de la retroalimentación, encontrar para mí algunas respuestas que no he visto, resolver más fácilmente cuestiones que ni siquiera he sabido reconocer y, al mismo tiempo que lo comparto, aprender de mí misma que soy capaz de afrontar esta nueva vida y aprender a vivirla. Tal vez, viendo mis emociones allí escritas como por otra persona, pueda comprenderlas mejor.




2 comentarios:

  1. Me encantas, nunca fuimos amigas cercanas, y mucho menos confidentes. Pero siempre he sentido mucho respeto por ti. Siento mucho saber que has pasado momentos difíciles, pero como bien lo dices no porque no sea una pequeña no quiere decir que no te afecte,
    no te puedo decir se fuerte, porque solo tu sabes que tan fuerte puedes ser, pero te puede decir que me encanta leer todo lo que escribes que sin tu saberlo muchas veces me has hecho ver que hay que seguir adelante y me has inspirado otras tantas, si cualquier cosa que yo pueda hacer ( si es solo leer tu blog) aqui estare esperando otro.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Gracias Elsa, sí han sido momentos muy extraños pero precisamente el ir superándolos y seguir en el proceso me ha llevado a escribir este blog, como parte de mi autoterapia, jeje. Y leerme es mucho, muchísimo, créeme que es más que suficiente. Y lo que dices pues más!!! Para agarrar fuerzas, las palabras sirven mucho. Gracias de nuevo y estaré actualizando cada semana aproximadamente.
      :D

      Eliminar